martes, 15 de noviembre de 2016

¿Por qué Málaga es Cultura?



Málaga, rezuma cultura. Una ciudad con más de 3.000 años de historia que quizás siempre lo hizo desde su poética apertura al mar, receptora de influencias fenicias, romanas, moras y cristianas, inquietudes y hasta miserias. En el amanecer del nuevo milenio, los tiempos son otros, al igual que sus decorados, pero la raíz todavía permanece, asentada en plácidos atardeceres que acarician el mar plateado de la Costa del Sol.

De un extremo a otro del litoral, pasando por supuesto por la capital, la provincia malagueña aúna dos tipos de propuestas culturales muy diferenciadas, que a la vez, se dan la mano.

De un lado, la propia quintaesencia del lugar y su historia son un beso a los sentidos. Arquitectura, lugares emblemáticos repletos de instantes memorables y el tipismo propio de la zona suponen en sí mismos una coartada para enarbolar la bandera de la cultura.

Desde las Cuevas de Nerja hasta las ruinas Romanas de Marbella y Estepona, la franja costera malagueña regala pedacitos de historia como el Castillo Sohail en Fuengirola o el Parque yacimiento romano en la Finca El Secretario y el Teatro Romano o las piletas de Garum.

Y no le va a la zaga el interior, pergeñado de rincones, como la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, en Cómpeta, los arcos árabes y musulmanes de Comares,  el espectacular Tajo de Ronda o el Conjunto Arqueológico Dólmenes de Antequera en el Parque de El Torcal, recientemente nombrado Patrimonio Mundial de la UNESCO.

En la capital, la Alcazaba y el Castillo de Gibralfaro son los estandartes de esta tradición innata, siempre regada por los cantes del terreno o los maravillosos sonidos del Flamenco (declarado Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCO en 2010) y de la Fiesta de los Verdiales (cuyo origen se pierde en la noche de los tiempos), en cualquiera de sus estilos, que son la banda sonora a este recreo visual.

Si hay una cultura pétrea, incrustada en el alma de Málaga y su provincia, la nueva piel trae esplendor museístico y nuevas demandas turísticas. Las instituciones implicadas en la creación y el sostenimiento de este escenario se han preocupado en las últimas décadas de adecentar la oferta, sabedoras de que el turismo
es el gran motor económico en estas latitudes.

Por ello, el perfil de visitante veraniego de sol y playa ha dado paso a un abanico mucho más amplio, que se mantiene durante todo el año, con los beneficios que conlleva la desestacionalización de la actividad turística y que oferta arte y cultura para todos los gustos: desde el arte contemporáneo del CAC, el nuevo Centro Pompidou,  la punta de lanza del celuloide en el Festival de Cine Español de Málaga que se celebra anualmente en una ciudad que Antonio Banderas y Paz Vega pasean por el mundo, el clasicismo de la Colección Thyssen en su refugio malacitano o la obligada parada en la fonda pictórica de Picasso, uno de los grandes creadores del siglo XX.  También hay exposiciones en la reconvertida fábrica de tabacos de Málaga con más de 2.300m² de superficie, recién adaptada para acoger parte de la Colección del Museo Ruso de San Petersburgo permitiendo así que la creación artística rusa entable también diálogo con los visitantes de la ciudad. En estos días y hasta el 29 de Enero 2017, acoge una exposición de Chagall y sus contemporáneos rusos muy interesante.

Málaga sigue reciclando su oferta cultural y no deja de sacar punta al lápiz de la inventiva con estallidos culturales como "La Noche en blanco" que ya ha cumplido 8 años y que cada año aumenta en afluencia y número de eventos. La ciudad se llena de cultura por los cuatro costados.

Y por si fuera poco, en Málaga también se trabaja en un espectacular "lifting" que día a día se practica al vetusto casco antiguo de la capital y en general a todos los centros históricos de la provincia, donde cada vez hay más calles peatonalizadas que sustentan el confort y seducen al visitante con calles preciosas como San Agustín o la Calle del Marqués de Larios en Málaga, plagados de numerosos bares y restaurantes de todos los estilos y tiendas muy variadas.

La cultura gastronómica de la capital malagueña se complementa con las estrellas Michelin de la provincia, especialmente amplia en el caso particular de la ciudad de Marbella donde restaurantes como El Lago trabaja desde hace más de 10 años, cuando obtuvo por primera vez el galardón,  para que se reconozca el valor de la producción y de los productores de malagueños y el buen hacer del sector agrícola y vinícola. En Málaga se puede disfrutar de la singular gastronomía malagueña llena de carácter y buen hacer que le animan a disfrutar no sólo de los productos de la espectacular huerta del Guadalorce, sino también de los especiales vinos malagueños que le animan a seguir de paseo por la provincia y de nuevo parar en cualquiera de los enclaves culturales de obligado esparcimiento.

Municipios vecinos como Marbella, Casares, Mijas, Vélez-Málaga en la Axarquía, o Fuengirola, hermosos, entrañables y acogedores, están realizando esfuerzos importantes por ampliar también su oferta cultural, sabedores de la calidad de este tipo de turista, sus inquietudes, su poder adquisitivo y los beneficios de poder ofrecer un producto todo el año. Una apuesta de la provincia por ofrecer más que sol y playa, espetos de sardinas y gambas de la bahía. Málaga es cosmopolita, con rincones románticos, marinera, verde,

La ciudad de Málaga,ha batido el récord de turistas este año y ello se debe en gran medida por ser la ciudad con más museos por metro cuadrado, más teatros y salas de exposiciones es hoy motor de la provincia y de la Costa del sol en el empeño por diversificar la oferta, desestacionalizar la demanda y aumentar la calidad de las experiencias que se ofrecen a quienes nos visitan.


Massimo Filippa

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