Reflexiones sobre el sector inmobiliario de Massimo Filippa
Después de un año 2015 que supuso la recuperación palpable del sector inmobiliario, 2016 ha arrancado manteniendo las excelentes sensaciones y todo apunta que el precio de la vivienda subirá un 6,2%, al tiempo que las perspectivas de venta se elevan hasta el medio millón de viviendas.Hace ocho años que dio inicio una crisis económica que se cebó con virulencia sobre la construcción. Ello ocasionó el desplome masivo de la economía, cimentada, nunca mejor dicho, en un modelo de ladrillo que se vio obligado a adaptarse a la nueva situación. La parálisis de nuevas promociones acabó por desplomar el consumo. El cliente, atemorizado por la coyuntura y los precios, se mostró primero miedoso y luego, timorato. A partir de ahí, las características del mercado comenzaron a experimentar una leve transformación; todo ello derivó en un nuevo perfil: el demandante de stocks de segunda mano, a un precio acorde al bolsillo y bajo un paraguas de condiciones transparentes y cómodas.
Tras aquellos tiempos, la lenta y paulatina salida de España de esta crisis, que, recordemos, es ante todo global, ha dado paso a un escenario mucho más suave, en el que los consumidores vuelven a manifestar sin recelos sus preferencias a la hora de invertir en vivienda. Así, se sabe que el español medio, cuando adquiere su primera propiedad, identifica calidad de vida con espacio. Por consiguiente, cuando busca asesoramiento en profesionales del sector, quiere encontrar casas de dos o tres dormitorios, luminosas y bien comunicadas. Por otro lado, la sociedad ha evolucionado a familias con un solo hijo, parejas que ni buscan ni quieren descendencia y los denominados 'singles', que disfrutan de su soltería y no renuncian a la confortabilidad y el calor del hogar.
Además, no hay que olvidar que el turismo sigue 'tirando' del consumo inmobiliario, en cuanto a la inversión en la segunda residencia. El bolsillo europeo, norteamericano y japonés siempre ha visto con buenos ojos el suelo español. De este modo, unas 7 de cada 10 operaciones de venta de inmuebles de segunda residencia tienen como destinatario un comprador extranjero. Si la estadística se traslada a la primera residencia, las cifras se disparan, pues casi todas ellas van a parar a ciudadanos nativos.
Un factor que no se debe obviar es el de la recuperación del sector bancario, que vuelve a ofrecer financiación y parece haber aprendido de ajustes y errores para que sus condiciones no sean leoninas hacia el poder adquisitivo del principal comprador de inmuebles, que, no lo olvidemos, siguen siendo las clases medias, muy castigadas en los últimos tiempos.
Con todo, tras años de desplome en los precios, parece que se aproxima una etapa de ajuste, en la que si bien en muchas provincias sigue marcándose una leve curva descendente, las grandes capitales y las zonas turísticas experimentan claros indicadores de auge. Madrid, Barcelona, Murcia, Alicante, la Costa del Sol y el País Vasco son la primeras que perciben los cambios inflacionistas o deflacionistas que luego se irradian al resto.